A veces escribo para distraerme, otras veces sólo para concentrarme en escribir. Normalmente me duele empezar y cuando lo consigo no hay como detenerme. En sí soy adicta a escribir. La literatura para mí es un frenesí, sin ella sufro más de lo que sufro por ella. Porque todo lo que realmente amas, duele. Por eso me dueles tú. Porque te amo.

lunes, 5 de noviembre de 2012

Deseos de cosas imposibles

Estábamos sentadas en la barra de un bar cualquiera, cuando nos invadió un silencio y la voltee a ver. Estaba triste, lo podía notar. Tenía la mirada perdida y luego dirigió sus ojos hacia mis ojos y me dijo susurrando «estoy muy triste, tía. Todo lo que está pasando en la familia me pone muy mal.» La miré sin saber qué decirle y comenzó a llorar tranquilamente. Era un llanto lleno de dolor pero lo estaba conteniendo. Estaba siendo fuerte por mi. Miró hacia su vaso de whisky vacío y me volvió a hablar.

«Lo que te voy a decir es muy doloroso. Tanto para ti oírlo como para mí contártelo, pero es necesario que me desahogue y es aún más necesario que me desahogue contigo.» Después de haberle dicho esto esperé a ver su reacción. Su cara reflejaba desesperación y pánico ante lo que yo tenía que decirle. No pude evitar concentrarme en el moretón en su mejilla derecha. Había lágrimas en sus ojos y una sonrisa fingida en su boca. Respiré hondo y me decidí a hablar aunque doliera.

«Hace unos meses yo me equivoqué. Fui infiel, estuve con alguien más y rompi una promesa. Yo terminé con la relación que tenía con un hombre que valía la pena porque no pude aguantar el dolor de verlo y querer a otro, quise que fuera feliz conmigo pero yo no lo merecía, así que lo dejé libre. Tuve que dejarlo ir para darme cuenta que me dolía más ser infeliz a su lado porque él se merecía algo mejor que yo. Al final, encontró una nueva vida y yo, muy estúpidamente, decidí no quedarme de brazos cruzados. Yo sabía que él me amaba y luché por él por meses, tía, meses sofocantes de sufrimiento sólo por conseguir un día más a su lado. Pero ya era demasiado tarde. Ya había sufrido mucho por mi y esta otra mujer le daba más de lo que yo podía darle. Al final la escogió a ella y yo me quedé sola. Pero no tienes una idea de cuanto me arrepiento de haber besado a ese otro hombre, aunque haya sido sólo una vez. Porque por ese beso perdí todo lo que amaba en mi vida. Perderlo a él me cambió la vida. Una gran parte de mi se murió cuando él decidió irse, aunque haya sido yo la que se lo pidiera.» Se quedó callada, comenzó a llorar, ahora más fuerte. No sé si lloraba por recordar a aquel hombre al que perdió o de pensar que ella era culpable de haber lastimado a alguien inocente. Me preguntaba que habría sido de la novia de su "amante". Pero ya era irrelevante. Supe que me lo decía porque creía que mi esposo realmente se arrepentía de lo que hizo. Tal vez valdría la pena darle otra oportunidad en esa situación, pero no es lo mismo. Yo sé que no es lo mismo...

...

Nunca supe que habría pensado mi tía de lo que le conté. Cuando terminé de hablar ella me dio un beso en la frente, me dio las gracias y se fue. Ni siquiera estaba llorando. Al otro día firmó el divorcio, obtuvo la custodia y se fue a vivir a Guadalajara. Hace poco la fui a visitar. Su hija ya tiene ocho años, ya no menciona a su papá, al menos no en frente de mi tía. Pero en las noches la he escuchado decir su nombre en sueños. Ella ni siquiera se da cuenta. Pero yo sé que él aún las está buscando, a ambas. Y no descansará hasta encontrarlas. Aunque, acá entre nos, la única forma de que las vuelva a ver sería muriendo. No sé porque lo digo... Sólo lo sé.

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