A veces escribo para distraerme, otras veces sólo para concentrarme en escribir. Normalmente me duele empezar y cuando lo consigo no hay como detenerme. En sí soy adicta a escribir. La literatura para mí es un frenesí, sin ella sufro más de lo que sufro por ella. Porque todo lo que realmente amas, duele. Por eso me dueles tú. Porque te amo.

martes, 30 de abril de 2013

Ciclos

Lamentablemente nunca nadie ama como se debería amar. Se ama en cachitos y a ratos. A veces con alegría, otras veces porque duele no hacerlo. El amor en sí, es una farsa. Decides alejarte y automáticamente, alguien más en un mundo paralelo escoge por ti que debes estar cerca de quien más odias. Que porque lo amas y no lo puedes tener, por eso lo odias. Es irrelevante pensar en razones. Nada tiene sentido. Si decidieras acercarte sería porque tú quieres, no porque yo te lo pedí y ahora, si decidí alejarme fue porque tú quisiste, no porque yo lo necesitara.

Se supone que si una persona te quiere cerca debería buscarte. Tal vez no es así. Tal vez se alejan porque es sumamente triste tenerte a tres pasos y no poderte reconocer tras la máscara de lo que finges ser ahora. No sé, tal vez sea sólo dramatismo. Es cansado fingir por meses que todo está bien y cuando decides que ya fue suficiente de esconder las cosas sorprendas a los demás como si nada de lo que dijeras fuera real. Como si no tuvieras fundamentos. Quizás no se necesitan fundamentos para decir he decidido que te quiero fuera de mi vida. Quizás lo mejor es sólo tomar la decisión. Sonará egoísta pero ya no me importa si por alejarme lastime a terceros porque no me alejo sólo por capricho. Quiero ser feliz y no estás aportando nada a mi vida.

Ya lo había mencionado antes y si hace mucho que no publico es porque no tenía nada que decir. He aquí algo, a quien le quede el saco. Podría terminar abandonando a toda la gente que alguna vez creyo que me tendrían segura. Ese es el problema hasta con quien sí está cien por ciento presente. Un día estás y al otro ya no sabes qué camino tomar que prefieres mejor no hacer nada. Bueno, tomé un camino distinto al tuyo. Bien por mi y ojalá, quieras o no, lo comprendas.

Tal vez ahora sí sea el adiós definitivo. Yo creo que dijiste adiós cuando dejaste de ser quien eras y te convertiste en quien juraste que nunca ibas a ser.

Fue sólo un impulso. No lo volveré a hacer.