16 de Octubre, 2012; 14:00 aproximadamente. (Tú a mi lado)
Mientras me acariciaba la espalda con sus dedos sentí una tristeza inmensa, infinita, sólo de pensar que ese roce sería único y que estaría dentro de mi por siempre.
Mi piel absorbió cada caricia de las yemas de sus dedos obsesionándome con ese tacto y me invadió el miedo con sólo pensar que llegaría el día en que otro me tocaría suavemente la espalda y que esa sensación o esa pasión me llevaría por un instante a este momento en que tú estás a mi lado y tus dedos acariciándome la espalda me hacen creer que jamás me repondré de este instante.
Jamás me repondré de ti.
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